viernes, 16 de enero de 2009


Sobre carteles, baner y escritos


Cuando comencé a escribir en este blog, no pasó por mi imaginación que, en tan poco tiempo, tantas personas leyeran lo que escribo. Lo cierto es que reconforta que estas reflexiones hayan sido leídas y, quizás, tenidas en cuenta por algunas personas que incluso se han tomado la molestia de enviarme correo a banderablanca13@gmail.com, haciendo posible esta suerte de diálogo aunque sea de forma electrónica.

Hablando de esto, una persona se quejaba que los escritos iban cargados de ira, que era muy radical en algunos aspectos, y que «me había pasado dos pueblos» –la expresión es suya– con lo del cartel, baner o como diablos se llame, al incluir en él al Obispo de Roma Ratzinger en el apartado de criminales. Lo lamento, pero en lo referente al cartel no lo veo así. Pero vayamos por partes a efectos de seguir cierta metodología y hacer más compresible lo que quiero decir.

En referencia al cartel, veamos quienes son los que aparecen: Olmert, Sarkozy, Obama, Ratzinger y Ban Ki-moon, y no están ahí por capricho de diseño ni por hacer más efectista el mismo, sino que aparecen en función del papel que desarrollan en el escenario de la política internacional. Olmert es el primer ministro del ente sionista conocido por Israel. Sarkozy es presidente de Francia y ocupó la presidencia de turno de la Unión Europea en el pasado semestre. Obama es el presidente electo de los Estados Unidos. Ratzinger es el Papa de la Iglesia Católica Apostólica y Romana y en consecuencia Jefe del Estado Vaticano. Y ya, por último, Ban Ki-moon es el Secretario General de la ONU.

¿Y cual ha sido el papel de cada uno de estos actores en la matanza de palestinos en Gaza? El primero, o sea el primer ministro sionista, es el responsable directo del asesinato de más de 1000 palestinos en la franja de Gaza, al dar la orden a su ejército de entrar a sangre y fuego en ese gran campo de concentración sitiado y bloqueado desde hace años; Sarkozy y Ratzinger son cómplices de esa matanza al equiparar el gigantesco terror desatado por el agresor, con los actos de resistencia perpetrados por Hamas; el papel de Obama es, aún, peor, al guardar silencio ante este crimen de proporciones industriales que equipara a los sionistas con otros genocidas que ya ha conocido la historia, y todo ello en función de los intereses norteamericanos; y ya, por último, el señor Secretario General de la ONU al quedarse de brazos cruzados ante las repetidas y continuadas violaciones de las resoluciones de Naciones Unidas practicadas por Israel –que incluye bombardeos de edificios de refugiados de la propia ONU–, sin que este organismo haya hecho nada al respecto –que diferencia con lo hecho contra Iraq o Afganistán–.

En, consecuencia creo que sus fotografías bajo el epígrafe de «UNITED CRIMINALS AGAINST PEOPLE» es más que acertado. Y diría, incluso, que es preciso.

En cuanto a que los artículos –por llamarlos de alguna forma– están cargados de ira, solo puedo decir que, ante determinadas situaciones de la vida, uno sólo puede actuar desde el teclado, y las palabras significan lo que significan. Y son los comportamientos de algunos los que califican el proceder de cada cual. Por tanto, frente a la impotencia que producen las acciones aberrantes de tanto delincuente –con corbata o con vaqueros– y al vivir en una sociedad tan debilitada y permisiva que impide cualquier acción de carácter positivo que limite el proceder de estos individuos tan poderosos, sólo nos queda la palabra como arma de denuncia a los que pretendemos vivir en cotas más normales.

En lo de radical sí le voy a dar la razón, porque ser radical no es otra cosa que ir a la raíz de los problemas, de las cosas, es decir, a la causa primera que genera todas las consecuencias. Por eso soy radical, ya estoy cansado de tanto matiz y de tanto sofista profesional que solo pretende quedar bien ante el auditorio utilizando términos como «cuestión, problema, estudio, complejidad» para no tener que tomar partido ante nada ni ante nadie.

Como se ve, ni corrijo, ni enmiendo, y no por vanidad ni jactancia, sino sólo por coherencia. Frente a determinados hechos, las personas, las comunidades, los colectivos, han de posicionarse y tomar partido. En este blog lo hago, y si otros prefieren vivir en sus mundos burbujas redonditos, panzones y vulgares, pues allá ellos.

lunes, 12 de enero de 2009


PALESTINA VENCERÁ





Este pasado sábado, nos manifestamos en las calles de Las Palmas de Gran Canaria siete mil personas, bajo el grito de ¡¡¡PALESTINA VENCERÁ!!!. Grito convertido en consigna de unidad y resistencia de aquellos que creemos que la transformación del mundo es tan necesaria como urgente, pues a estas alturas de la historia sólo es posible situarse con los oprimidos, o con los opresores.

Los siete mil que recorrimos las calles de nuestra ciudad ya hemos tomado la decisión solemne de colocarnos en el punto de mira de los imperialistas y sus «amigos» y «aliados» que masacran, sin ningún pudor, a la población concentrada en la franja de Gaza como si de un inmenso polígono de tiro se tratase, y aunque, para muchos, recorrer unas cuantas calles puede significar poco, para nosotros significa un primer paso, además de representar en sí mismo un gesto de dignidad, frente a la posición de los cargos públicos que han optado por mirar a otro lado, siguiendo el «ejemplo» de eso que llaman «la comunidad internacional». Bueno, no seríamos justos si los tratáramos a todos con desprecio. Al menos un país ha dado muestras de dignidad y coraje, de la mano de su presidente. Sí, ha sido la tan denostada Republica Bolivariana de Venezuela, con su presidente Hugo Chávez Frías a la cabeza, la primera nación en el mundo en llamar a su embajador en Israel y expulsar al agente sionista de la Patria de Bolivar.

Esta movilización ha sido importante. Pero todos somos conscientes que no es suficiente. Porque los asesinos de masas y sus cómplices (que se hacen llamar «amigos y aliados») siguen efectuando su macabro trabajo. Porque los indiferentes (aquellos que dicen «no es mi problema») siguen siendo muchos. Porque en las instituciones se siguen sentando aquellos que bien con su silencio o con eso que llaman equidistancia (situar en el mismo nivel la agresión del opresor, y la resistencia del oprimido) ayudan a cavar más tumbas (y de las víctimas, no del verdugo). Por eso hemos de ir dando más pasos y abrir espacios de libertad y debate que se traduzcan en algo que sirva para cambiar las cosas.... pero para cambiarlas de verdad, no de color o de nomenclatura.