lunes, 12 de enero de 2009


PALESTINA VENCERÁ





Este pasado sábado, nos manifestamos en las calles de Las Palmas de Gran Canaria siete mil personas, bajo el grito de ¡¡¡PALESTINA VENCERÁ!!!. Grito convertido en consigna de unidad y resistencia de aquellos que creemos que la transformación del mundo es tan necesaria como urgente, pues a estas alturas de la historia sólo es posible situarse con los oprimidos, o con los opresores.

Los siete mil que recorrimos las calles de nuestra ciudad ya hemos tomado la decisión solemne de colocarnos en el punto de mira de los imperialistas y sus «amigos» y «aliados» que masacran, sin ningún pudor, a la población concentrada en la franja de Gaza como si de un inmenso polígono de tiro se tratase, y aunque, para muchos, recorrer unas cuantas calles puede significar poco, para nosotros significa un primer paso, además de representar en sí mismo un gesto de dignidad, frente a la posición de los cargos públicos que han optado por mirar a otro lado, siguiendo el «ejemplo» de eso que llaman «la comunidad internacional». Bueno, no seríamos justos si los tratáramos a todos con desprecio. Al menos un país ha dado muestras de dignidad y coraje, de la mano de su presidente. Sí, ha sido la tan denostada Republica Bolivariana de Venezuela, con su presidente Hugo Chávez Frías a la cabeza, la primera nación en el mundo en llamar a su embajador en Israel y expulsar al agente sionista de la Patria de Bolivar.

Esta movilización ha sido importante. Pero todos somos conscientes que no es suficiente. Porque los asesinos de masas y sus cómplices (que se hacen llamar «amigos y aliados») siguen efectuando su macabro trabajo. Porque los indiferentes (aquellos que dicen «no es mi problema») siguen siendo muchos. Porque en las instituciones se siguen sentando aquellos que bien con su silencio o con eso que llaman equidistancia (situar en el mismo nivel la agresión del opresor, y la resistencia del oprimido) ayudan a cavar más tumbas (y de las víctimas, no del verdugo). Por eso hemos de ir dando más pasos y abrir espacios de libertad y debate que se traduzcan en algo que sirva para cambiar las cosas.... pero para cambiarlas de verdad, no de color o de nomenclatura.

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